lunes, 30 de junio de 2008

VIOLENTAMOR (Parte 1)


“En este tiempo anfibio temo perderte.”
(En el séptimo día)
Gustavo Cerati


Ayer por la mañana La Trasplantina no vino a mi cuarto. Yo no sabía si eso duraría para siempre. Sentí angustias trepando a mi cerebro. Los ojos me cambiaban intermitentemente de color, mientras rompía televisores arrojándolos al piso. Me torturaba pensar que no volvería jamás.
Mis brazos, poco a poco, tomaron la consistencia del metal y se transformaron en dos palas mecánicas. Mi boca y mi estómago se ensancharon como dos grandes contenedores. Mi ano adquirió la forma de un enorme expulsador de heces. Me había transformado en una máquina de tragar alimentos.
Comencé a ingerir gran cantidad de platos exóticos. Mis extremidades mecánicas introducían manjares en mi garganta, que caían violentamente a mi vientre.
La extrañaba a ella, a La Trasplantina. Con cada pala alimenticia, que venía hacia mi boca, recordaba sus besos de fuego. Dónde estaría X. Mi amor con gusto a mañana azul con copos de nieve sobre pinos alados.Al mes apareció. Ella comenzó a acariciar mi cuerpo metálico, mientras preguntaba el porqué de mi metamorfosis. Pero yo no quería verla. De un momento a otro la tomé entre mis palas y la llevé hacia mi boca. Luego de digerirla la convertí en un excremento y la tiré en un pozo.

No hay comentarios: