lunes, 30 de junio de 2008

UN NIÑO SE HA PERDIDO


Yo era un niño amarillo. Bebía estrellas a la salida de la noche. Cuando iba a dormir mamá me daba un beso y un alma de gaviota me poseía.
Después, comencé a soñar que en la cocina había un hombre. Un hombre que se la pasaba mirando partidos de fútbol mientras bebía cerveza.
Ahora bebo latas de cerveza que aplasto con mis manos mientras miro la TV. De mi cabeza han crecido unas enormes antenas. Me he vuelto una especie rara de insecto.
A veces el niño viene a observarme. Se acerca a mí y me muestra las estrellas que antes brillaban en mis manos. Es un niño molesto; no me deja concentrar en lo que estoy viendo. Así que tomo un cuchillo y lo degüello. Pongo su cuerpo en una enorme bolsa y lo tiro en un basural.
Después de eso sigo mirando televisión.

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